martes, 12 de julio de 2011

Quinto Programa de las Botas de Siete Leguas - El Transporte Público en Córdoba

¿Saben lo que ha pasado con el transporte público en Córdoba en los últimos siete años? El avance del Plan de Movilidad Urbana Sostenible que se presentó antes de las elecciones nos descubrió la triste realidad del modelo de movilidad de esta ciudad. Mientras la utilización del vehículo privado aumentaba un 18% entre los años 2003 y 2010, el porcentaje de bajada en el uso del transporte público colectivo era del 22% en ese mismo periodo. El prediagnóstico, a su vez, señalaba que se demanda una mayor frecuencia y fluidez del servicio, más conectividad con determinadas fuentes de atracción de movimientos obligados como universidades, polígonos industriales, periferia, etc., y una mejora del servicio en el casco histórico que complete las medidas de disuasión al uso del vehículo privado.

La Unión Europea, a través de distintos programas, no deja de animar a las ciudades a que practiquen una movilidad más inteligente, menos dependiente del coche y el petróleo, y sin embargo, en Córdoba no sólo no mejoramos, sino que además retrocedemos a velocidades vertiginosas. ¿Qué está fallando para que el uso del transporte público se haya dado semejante batacazo en nuestra ciudad? ¿Falta de inversiones en las vacas gordas? ¿Estudios más actualizados de necesidades? ¿El efecto de las parcelaciones y el desplazamiento a las periferias? ¿Incapacidad de los responsables municipales para visualizar la trascendencia de una apuesta continuada y firme por el transporte público? ¿O pueden éstos achacar que cualquier iniciativa que ponen en marcha para favorecer a éste frente al vehículo privado se encuentra siempre de lleno con un coro de protestas de los siempre indignados conductores?

Posiblemente la respuesta sea una mezcla de todos estos interrogantes. Yo la resumiría en dos causas principales: falta de valentía política y falta de una visión integral frente a los retos actuales de la ciudad compleja en la que vivimos.

Junto a las soluciones físicas y educativas que se propongan, otro aliado a tener en cuenta: la información en tiempo real. Desde que puedo mirar desde internet cuándo llega el autobús a mi parada, he reducido mi tiempo de espera en ésta un 90%. Mi visión del transporte público en nuestra ciudad es radicalmente distinta que la que tenía cuando no sabía en qué momento vendría el autobús. Piensen en este efecto. Asocienlo con la proliferación de teléfonos móviles con aplicaciones capaces de gestionar mapas, de calcularnos las mejores rutas, los enlaces que tenemos que hacer, la hora de llegada, la apertura de datos por parte de las entidades de transporte... Hoy disponemos ya de la tecnología que nos permite potenciar el uso del transporte público a través de una información integral al ciudadano. Muchas ciudades en España y el resto de Europa han comprendido la importancia de este aspecto aplicado a la potenciación del transporte público y están mejorando a pasos agigantados las posibilidades de interacción con los usuarios. Córdoba aún debe avanzar en este sentido.

Avanzar, pues, hacia un transporte público mejor que el que disfrutamos hoy en día es posible. Pongámonos manos a la obra entonces.