lunes, 8 de noviembre de 2010

Programa de Septiembre: Semana Europea de la Movilidad

Si hace cincuenta años nos hubieran dicho que en Córdoba los coches aparcados en las calles ocuparían una superficie tan grande como todo el casco histórico, desde las Tendillas a la Ribera y desde el Alpargate hasta San Basilio, probablemente nos hubiéramos sorprendido. Incluso hubiéramos contestado: ¿"Y por dónde vamos a pasar las personas"? No hubiera sido una respuesta demasiado rara, pues por aquel tiempo, Córdoba ocupaba prácticamente ese espacio y poco más.

Cincuenta años más tarde, la ciudad consolidada ha triplicado su tamaño, ha duplicado su número de habitantes, pero, sobre todo, ha multiplicado por más de mil su número de coches. Así que, como demuestra un estudio reciente, realizado para el plan de aparcamientos de esta ciudad hace unos meses, la predicción no se equivocaba: hoy todos los coches aparcados en Córdoba, puestos uno junto a otro, ocuparían un casco histórico completo, con sus calles y sus viviendas.

Esto, que para muchas personas parece no ser un problema, se suma al gran abismo energético al que nos asomamos derrochando unos combustibles fósiles que cada día parecen más escasos. Se suma también a graves problemas medioambientales como el cambio climático, la contaminación atmosférica o acústica, el deterioro del espacio público o más conocido, gracias a las campañas de la DGT, de la inseguridad vial. Como digo, el problema del modelo de movilidad urbana lleva más una década ocupando las mesas de los dirigentes a todos los niveles, pues ya parece muy evidente que, poco a poco, el automóvil se ha convertido en un cáncer para las ciudades, una metástasis que se ha expandido y de la que va a ser difícil curarlas.

La única cura posible es una vuelta a los conceptos básicos, a los principios de los que partimos, para descubrir nuevas maneras, o viejas maneras, según se mire, de gestionar este complejo desaguisado. Si lo que queremos es desplazar personas y mercancías de un lado a otro, ¿tenemos que usar por fuerza unas máquinas de 1000kg, la mayoría de las veces ocupados por una sola persona, que están parados un 95% de su tiempo, ineficientes y despilfarradores a más no poder, que en su conjunto consumen un espacio enorme y que representan la principal fuente de contaminación en nuestras ciudades? ¿No parece más lógico apostar por optimizar el uso de los medios de transporte más eficientes y menos contaminantes, por hacer cómodo, rápido y asequible el transporte público, por favorecer el desplazamiento en bicicleta, o por eliminar todas las barreras que hacen que andemos menos cada vez? En una ciudad como Córdoba, donde todavía más de la mitad de los desplazamientos se hacen a pie, ¿por qué el espacio dedicado al automóvil en nuestras calles, entre vías y aparcamientos, es de más del 85%? Si consiguiéramos, a través de la promoción y las infraestructuras adecuadas, que el 30% de los trabajadores y estudiantes del Polígono de las Quemadas o del campus de Rabanales fueran en bicicleta al trabajo, nada extraño para lo que es usual en otras partes de Europa, ¿cuánto impacto ambiental evitaríamos? ¿Y si pudiéramos cuantificar cuanto ahorraríamos haciendo determinados trabajos o gestiones desde nuestra propia vivienda? No olviden que el desplazamiento que menos consume es aquel que no se realiza. ¿Creen que esto es ciencia ficción? Pues este es el nuevo modelo por el que están apostando los países y las ciudades más desarrolladas. ¿Vamos a volver a quedarnos otra vez atrás?

Todas estas preguntas, y más que intentaremos debatir a lo largo de nuestras emisiones mensuales, nos las hemos hecho el equipo de "Las botas de siete leguas", y es la búsqueda de sus respuestas lo que nos ha decidido poner en marcha este programa. Si me preguntan qué nos motiva a este grupo de jóvenes, les diré que lo que nos lleva a realizar un programa sobre movilidad en Córdoba es ante todo la necesidad de que esta temática salga a la luz más allá de los círculos técnicos. Que la gente entienda el complejo universo de los desplazamientos diarios de trescientas mil personas. También el poder oír, de boca de los técnicos que se encargan de gestionarlos, qué se pretende conseguir con determinados cambios o por qué se toman unas decisiones y no otras. Poder contribuir, en fin, a generar un debate sano, constructivo, sin prejuicios, sobre el modelo de movilidad que esta ciudad necesita en el siglo XXI. Y sobre todo, desterrar de sus mentes la idea de que Movilidad es lo mismo que Tráfico.

Mi nombre es Pedro Pérez, y junto a Miguel Antúnez, Carlos Puentes en los comentarios y Alex Babú en la parte técnica, vamos a acompañarlos en esta, esperemos que interesante, inmersión en el presente y futuro de la movilidad y el transporte en Córdoba.
Hoy hablaremos de la celebración de la Semana Europea de la Movilidad en Córdoba. Arrancamos.

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